Carlos Álvarez, auténtico barítono verdiano, se mostró en excelente forma. De fraseo incisivo, rico en inflexiones de variado carácter y una asunción escénica impactante y verosímil sin sobreactuaciones, nos dejó un Renato para recordar, el mejor de la noche sin duda.
Leonor Bonilla, que también debutaba en la ciudad, nos dejó un Oscar cabal, de soprano ligera bien trabajada que resolvió con facilidad agudos y adornos, junto con un excelente y ágil desempeño actoral.
Ritmo.es, Juan Francisco Román Rodríguez